Chilpancingo, Gro., 08 de noviembre de 2021.- Para garantizar que la Secretaría de Salud implemente estrategias de prevención, atención, tratamiento y seguimiento del cáncer de mama, mediante campañas de difusión, atención puntual de pacientes y garantizando incluso la posible reconstrucción de los órganos, la diputada Leticia Mosso Hernández propuso adicionar la Ley de Salud del Estado de Guerrero.
En la iniciativa que analiza la Comisión de Salud se señala que en el 2018 se registraron 314 mil 499 defunciones femeninas en México, de las cuales 7 mil 257 fueron por cáncer de mama, equivalente al 16 por ciento del total de muertes, debido principalmente a tumores malignos.
Agregó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en Guerrero prevalecían 6.82 casos de incidencia de tumor maligno de mama en mujeres de 20 años y más por cada cien mil habitantes, mientras que en el 2016 el director del Instituto Estatal de Cancerología señaló que se tenían 3 mil casos y para 2019 había 420 nuevos casos, de los cuales el 15 por ciento correspondía a mujeres menores de 40 años, algo inquietante porque anteriormente este mal afectaba a mujeres de mayor edad; es decir, de 60 y 70 años en promedio.
Como se puede observar, el cáncer de seno es parte del grupo de enfermedades crónico-degenerativas que tienen tratamiento y posibilidades de curación, pero por diversas complicaciones puede ser causante de la muerte de quien lo padece.
Indicó que el tratamiento del padecimiento no se limita sólo al aspecto físico, sino que debe contemplar el ámbito psicológico, y que para la prevención, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica destacan las directrices mínimas que los servicios de salud deben prever, como la consejería y el acompañamiento emocional.
En ese sentido, Mosso Hernández propone incluir un capítulo en la Ley de Salud denominado “De las Cirugías Producto del Cáncer de Mama”, para incluir la mamoplastia reconstructiva, que es el procedimiento que tiene como finalidad la creación de una mama lo más similar posible a la que haya sido extirpada.
Para ello, plantea que las instituciones públicas de Salud deberán contar con programas y mecanismos para que las personas, preponderantemente de escasos recursos que hayan sido sujetas a una mastectomía, puedan acceder a una mamoplastia reconstructiva de buena calidad.